viernes, 11 de noviembre de 2011

Ejerciendo como médico militar en el Piamonte, Lombroso tomó apuntes sobre los tatuajes de los soldados, que más tarde cotejaría con los de algún anarquista: "No les falta ya otro signo que el tatuaje, de entre los que se dan frecuentemente en los criminales natos. En los movimientos anarquistas de Londres de 1888 observó un testigo ocular el gran número que había de tatuados, o lo que es lo mismo, de criminales".



La jefa del anarquismo mundial, según Lombroso.

Extraido de Vacaciones en Polonia, nº5 : Literatura y Dinamita.

¿Quién era el prenda de Lombroso?

Un aspecto particularmente difundido de la obra de Lombroso es la concepción del delito como resultado de tendencias innatas, de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.). Sin embargo, en sus obras se mencionan también como factores criminógenos el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión.

Un rasgo llamativo en su obra es la crudeza con que expone algunas de sus conclusiones, que resulta aún más chocante a la luz de las ideas que predominan en la criminología luego del ocaso de la escuela positiva. Esta crudeza puede deberse a la tendencia positivista a despojar el discurso científico de toda otra consideración aparte de la mera descripción de la realidad, eludiendo juicios morales o sentimentales.

Por ejemplo, refiriéndose a lo que él llama la terapia del delito, dice:

"En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos"
de la wiki

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