jueves, 14 de abril de 2011
Historia Memoria
En Casas Viejas, el 11 de enero de 1933, la Segunda República Española ahogó en sangre y fuego la insurrección popular en este pequeño municipio gaditano.
Primero 12 Guardias de Asalto y 4 Guardias Civiles con una ametralladora al mando del teniente Gregorio Fernández Artal entraron en el pueblo matando a un campesino y torturando a varias personas para tomarles declaración antes de dirigirse a la choza de Seisdedos, donde se propuso resistir el anciano de 73 años con sus dos hijos Pedro Cruz y Paco Cruz, su nuera Josefa Franco y sus dos hijos Francisco García y Manuel García, su yerno Jerónimo Silva, su nieta Maria Silva con su amiga Manuela Lago…y después Manuel Quijada que llegó maltrecho de las torturas para intentar interceder.
No pudiendo acabar con su resistencia, el Director General de Seguridad, Arturo Menéndez, ordenó al capitán Manuel Rojas Freijespán al mando de 90 Guardias de Asalto acabar expeditivamente con los sublevados…quemando la choza.Allí murieron todos salvo la nieta de Seisdedos, Maria Silva, y el niño Manuel García que consiguieron escapar.
Después las tropas iniciaron una cacería inmisericorde por el pueblo, al estilo de las razzias legionarias sobre las cábilas rifeñas (inaugurando lo que después será la práctica habitual fascista durante la represión a los revolucionarios asturianos en 1934 y durante el Golpe de Estado de 1936) matando en su casa al anciano de 74 años Antonio Barberán, y llevando junto a los escombros de la choza a Fernando Lago, Juan Grimaldi, Andrés Montiano, Manuel García, Juan García, José Utrera, Balbino Zumaquero, Manuel Pinto, Juan Galindo, Cristóbal Fernández, Rafael Matero y Juan Silva (gravemente enfermo) para fusilarles allí…junto a los cuerpos calcinados.
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