Como nuestro tiempo está bregando por la palabra apta para declarar su espíritu, se adelantan muchos nombres, y todos pretenden ser el nombre justo. Nuestro presente muestra por todos lados el más variopinto alboroto de partidos, y en torno al pútrido legado del pasado se juntan las águilas del instante. Pero los cadáveres políticos, sociales, eclesiásticos, científicos, artísticos, morales y demás abundan en todas partes, y hasta que no hayan sido devorados todos, el aire no quedará limpio y el aliento de los seres vivos seguirá oprimido por el hedor.
El falso principio de nuestra educación, o humanismo y realismo. Max Stirner.
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