Antonio Huertas, Cristóbal Ibáñez y Manuel Sánchez, los tres albañiles a los que ahora recuerda un monolito en la Avenida de la Constitución, Granada, cayeron asesinados por los disparos de la policía en una manifestación por la negociación del convenio a las puertas del sindicato vertical. Otros muchos obreros fueron heridos de bala.
Abiertamente alzamos la palabra
desde la tierra dura y las raíces.
De cada golpe duro recibido
os damos testimonio abiertamente.
Es esta nuestra voz y nuestra lucha,
nuestra sangre vertida, inevitable
como el sudor amargo de las horas
trabajadas sin fin y sin principio.
Nos escuece la piel, esta segunda
piel de hombre nocturno, que no surge
desde la luz, sino desde la muerte,
bajo la lluvia, el sol y el latigazo.
No fueron tres tan solo. Nos quedamos
todos sobre la tierra sorprendida,
descubriendo de pronto, una vez más,
las ocultas razones de las cosas.
No hemos llorado, es cierto. Este dolor
no nos cabe en las lagrimas desnudas.
Sólo tiene lugar si es compartido
por cada hombre, y transformado en actos.
Anónimo
Reportaje Ruedo Ibérico
Libro: "Luchas autónomas en los años setenta". Se puede descargar aqui
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