La mayoría de los 31 centros de trabajo investigados (proveedores de Tesco, Wal-Mart, Carrefour, Aldi y Lidl) cumplían con el salario mínimo legal, pero en ninguno el salario permitía cubrir las necesidades básicas. Las fábricas de Bangladesh pagaban un salario base entre 17 y 24 € mensuales. Contando horas extras, las trabajadoras cobraban entre 21 y 34 €, y la jornada habitual real empezaba a las 8 am y terminaba entre las 7 y 10 pm siete días a la semana. En ninguna de las fábricas analizadas se hacía una jornada real de menos de 60 horas.
El Informe presenta los resultados de la investigación que se llevó a cabo durante el 2008 en 30 fábricas proveedoras de Lidl, Aldi, Tesco, Wal-Mart y Carrefour ubicadas en Tailandia, Sri Lanka, Bangladesh e India. Durante la acción de presentación, Albert Sales, coordinador de la Campaña Ropa Limpia en Cataluña y responsable del Informe, ha explicado que las condiciones de las trabajadoras y los trabajadores de estas fábricas “incumplían la mayoría de los convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo y que en la raíz de este problema está la presión que ejercen las grandes cadenas de distribución sobre sus proveedores, exigiendo precios y plazos de entrega imposibles sin realizar un control efectivo de las condiciones de producción”.
Sales cree también que las políticas comerciales de estos gigantes empresariales tienen también un fuerte impacto en nuestras ciudades. Según los datos recogidos por el Informe, las tres empresas líderes en la comercialización de alimentación (Carrefour, Mercadona y Eroski) concentran un 40% de la cuota de mercado, y dos de estas empresas son también distribuidoras de productos textiles. La apertura de una gran superficie supone una pérdida media de 276 puestos de trabajo y el cierre de pequeños comercios en un radio de doce kilómetros.
Detrás de la fabricación de muchos de los productos que se venden en los supermercados, “las condiciones laborales son inaceptables y se violan sistemáticamente los estándares que las mismas empresas transnacionales establecen en sus compromisos e iniciativas de ética empresarial”, alerta Albert Sales.
Los sueldos de los países empobrecidos, en términos absolutos, son muy inferiores a los de los países del Norte. Aunque los precios de los productos también son inferiores, la remuneración que reciben los trabajadores y las trabajadoras está lejos de poder cubrir las necesidades básicas y garantizar un nivel de vida aceptable. Según las conclusiones del Informe, en la mayoría de países productores de ropa, el salario mínimo legal o el salario medio en el sector se sitúa cerca del 50% de lo que se estima que debería ser un salario suficiente para vivir.
La mayoría de los 31 centros de trabajo investigados (proveedores de Tesco, Wal-Mart, Carrefour, Aldi y Lidl) cumplían con el salario mínimo legal. En ninguna de las fábricas el salario permitía cubrir las necesidades básicas. Las fábricas de Bangladesh pagaban un salario base de entre 17 y 24 euros mensuales. Contando las horas extras, las trabajadoras cobraban entre 21 y 34 euros.
La jornada habitual real empezaba a las 8 am y terminaba entre las 7 y las 10 pm siete días a la semana. En ninguna de las fábricas analizadas se hacía una jornada real de menos de 60 horas. Las horas extra no quedan registradas para superar las auditorías y para no tener que pagar todas las trabajadoras.
Extraido de Barriodelcarmen.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario