viernes, 27 de mayo de 2011

Cut up

No se trata de odiar porque sí a la policía ni de exhibir el gesto más radical para presumir de pureza revolucionaria, sino de intentar tener las cosas claras, ya que no sólo el alcohol nubla la mente, sino también y mucho más la basura tóxica de la propaganda del poder que justifica desde que nacemos a éste y a sus brazos represores. Porque, nos guste o no, independientemente de la buena o mala voluntad y de la humanidad intrínseca del policía, del militar, del jefe de personal, del ejecutivo, o del político, está el rol que desempeñan y que no es, al fin y al cabo, sino obedecer las órdenes de aquellos que les pagan arruinando nuestras vidas. Puede que tales personas rompan un día ese rol y se nos unan como hermanos, prodigio increíble que sin embargo ha sucedido algunas veces en las grandes revoluciones de la Historia; que se nos permita, mientras tanto, el derecho a desconfiar de todos aquellos que aún no lo han hecho ni dan signos de hacerlo, pues si Sol está abierto y convoca a muchísima gente, no puede hacerlo a absolutamente todos si no quiere perder su sentido y su intensidad, su verdad y su fuego. Por todo ello, nada podemos esperar de las multinacionales, el mercado o la policía, como nada esperamos de los políticos. Porque esta ocupación y liberación de Sol no es un juego de niños ni un entretenimiento más, sino, recordémoslo de nuevo, un acto ilegal masivo sin jefes ni jerarquía, ensayo de democracia real que basa su nueva legitimidad en la misma justicia y urgencia de sus rechazos y de sus deseos.

1 comentario:

angola dijo...

Desobediencia civil no planificada, espontánea y repentista. No es extraordinario?
A los polis hay que empezar a hablarles cariñosamente para que se den cuenta que así no puede ser, que deben protegernosgernos de los depredadores, que ellos están tan jodidos como nosotros por la gestión política y económica. Que tienen que protegernos y no darnos palos. A que si?