sábado, 22 de enero de 2011

Cut up

La aplicación a la defensa sería, reza el documento, seleccionar genéticamente rasgos como el "rendimiento físico y mental, respuesta a drogas, vacunas y varios factores ambientales"; más concretamente, "respuesta al estrés del campo de batalla, estrés postraumático, capacidad para tolerar la falta de sueño, deshidratación o exposición al calor, el frío o la altitud, o la susceptibilidad a fracturas óseas traumáticas, hemorragias prolongadas o cicatrización lenta de heridas". Se destaca que "sería beneficioso conocer las identidades genéticas del adversario y evitar que este acceda a las del personal militar de EEUU".

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