sábado, 8 de noviembre de 2008

Los vigilantes





Un sospechoso pierde los testículos en una detención
La víctima denuncia a los Mossos, que aseguran que fue un hecho «fortuito»
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/ EFE
ALBERT MARTÍN VIDAL - Barcelona - 07/11/2008 22:23

Ironías de la vida: ocurrió el mismo día y a la misma hora que se presentaba en Barcelona el proyecto de Código Ético de la Policía catalana. Fue en Castelldefels. Allí, una patrulla de los Mossos d'Esquadra detuvo un coche cuyos ocupantes eran sospechosos de los delitos de extorsión y lesiones. Según la denuncia presentada por uno de ellos, los agentes rompieron los cristales del coche. A continuación, "y sin motivo", según asegura, le colocaron "expresamente" una bomba de humo en la entrepierna. El artefacto estalló y las lesiones le provocaron la pérdida de un testículo y tres cuartas partes del otro.

Según recoge la denuncia, los agentes bajaron después a los otros ocupantes del vehículo y les golpearon mientras les pisaban la cabeza. Los denunciantes aseguran, además, que se prohibió a la familia del herido verle en el hospital donde fue atendido hasta pasadas 12 horas. La situación forzó a su letrada, Susana Sánchez, a presentar un habeas corpus en el Juzgado de l'Hospitalet. La demanda expone que su cliente fue víctima de lesiones, torturas y abuso de autoridad, además de pedir una indemnización de 400.000 euros.
Delincuente peligroso

La versión policial dista mucho de la del detenido. Según fuentes de los Mossos, los tres arrestados pertenecían a una banda dedicada a extorsionar impagados. Además, se les consideraba muy peligrosos, dado que "habían exhibido armas en el pasado", eran de constitución muy fuerte y dominaban artes marciales, como el kickboxing o el valetudo. Según la Policía, ponían en práctica estos conocimientos en unos bajos de su vivienda, donde atemorizaban a sus víctimas.

Dada su peligrosidad, fue el GEI, el grupo de intervenciones especiales de los Mossos, el que procedió a su detención. Según su versión, los sospechosos arrancaron tras recibir el alto policial con la intención de atropellar a un agente, que fue quien arrojó la bomba de humo. Ésta fue a parar a la entrepierna del sospechoso de manera "fortuita", según los policías.

El herido, imputado por los mismos delitos que los otros detenidos, está en libertad mientras se recupera. Sus abogados aseguraron a Público que no forma parte de ninguna banda, sino que trabajaba como chófer de una empresa de cobro de impagados. Además, denunciaron que el artefacto que hirió a su cliente se emplea en espacios abiertos, no en el interior de vehículos.
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