martes, 5 de agosto de 2008

Cero





Hemos de asir el viento y
hacer rodar los ceros.
Abd al-Wahhab al-Bayati



Cuentan los eruditos que la forma escrita del cero era un punto. Con el tiempo fue evolucionando hasta la representación gráfica ahora conocida; si quieres hacer un punto grueso sueles primero dibujar la circunferencia y posteriormente rellenar su diámetro. También cuentan que el cero no se conoció en Europa hasta el siglo XVIII y quien lo introdujo fue el hindú Brahmagupta, nacido en el año 598 d.c.

Resulta curioso pensar que los occidentales no empezaban a contar hasta que hubiese una unidad, en los números naturales, o menos una, posteriormente con los números enteros. El concepto numérico de la nada vino así de una espiritualidad más desarrollada como la oriental.

Es esa nada, ese vacío, esa no-posesión el carácter absoluto del cero. Acompañante perenne de los malos estudiantes, de los buenos porteros y las rosquillas de mi tía. Así el cero además de su carácter matemático pasa por tener una significación mucho más amplia. Pelea con otro símbolo por el significado de infinito, y en este punto miles de matemáticos euclidianos y modernos querrán debatirme, por esa larga sucesión de números que tiende a lo desconocido, a lo incontable. ) No es acaso la nada algo desconocido e incontable ? ) Puedes decirme de qué está formada la nada, el vacío ?

El universo en su inmensa infinitud no es sino un gran cero que se expande continuamente desde que era un puntito pequeñito. Todo lo que hay dentro de él flota en el inmenso vacío, gravitatorio o no, de la nada; con miles de millones de ceritos en su interior. Lo que viene a demostrar el viejo axioma: El sumatorio desde cero a infinito de ceros es igual a cero.

Pero es ahora cuando tenemos que comprender el verdadero concepto de cero como unidad elemental: La no-posesión de algo no es lo opuesto de la posesión. El no poseer es ya tener algo, yo tengo nada. Llegará el día en que esa no posesión será verdaderamente valiosa y lo será tanto como tener ahora un uno seguido de muchos ceros. Tener cero será el objetivo de millones de personas que se conformaran con bastante poco para vivir. Demostrado matemáticamente, ya que el valor absoluto de cero es igual a uno: 0! = 1. Así quien tiene cero tiene en realidad uno, quien no tiene nada tiene algo, llamesé orgullo, dignidad, llamesé respeto, amor.

Asimilamos pues el concepto de cero no como principio para la acumulación sino como fin de esta e inicio de algo desconocido, como el propio perímetro interior del desconocido universo, de las entrañas del cero. No es de extrañar que los artefactos inteligentes que el hombre envía al espacio lo hagan al oír, al final de la cuenta atrás, la hermosa palabra cero. Ni que los pilotos japoneses llamados kamikazes pasaran a mejor vida cuando se estrellaban con sus aviones zeros sobre las cubiertas de los barcos norteamericanos.

El cero es y seguirá siendo objeto de culto, no en vano cero es Dios; ya tenga forma de anillo, moneda, pulsera o roscón de reyes. Cero eres tú.


Historia del cero

1 comentario:

angola dijo...

Es una reflexión hermosísima, Mike. La encontré de casualidad en un momento más que adecuado.

¿Sabes que en numerología el cero y el nueve vienen a significar las dos caras de lo mismo? Todo y nada.
"Quien tiene nada tiene algo: orgullo, dignidad, respeto y amor; el fin de la acumulación"...que es el principio de todo por lo que merece la pena vivir.

Hai que empezar a bombardear de enormes ceros el sistema! ceros de todos los colores!

Siempre vale la pena darse una vueltecita fuera de la caverna, querido amigo, para variar.

A mi me encanta lo que escribes; no dejes de publicar de vez en cuando algo de tu cosecha.

Un fuerte abrazo de una admiradora incondicional.