Era la fiesta de mi cumpleaños. M., que iba bastante pasada, dio pié a que se colara en la fiesta el alemán. Rápidamente M. me lo presentó. El alemán venía contento. Come, come pastel, le insistí. Le llené el vaso de vino. Me pregunto si C. era mi esposa, le dije que no. Se fue a por ella. Al rato nos volvimos a cruzar, le di más pastel y el me dijo: Mikel, eres terrible ¿? En ese momento me dio su tarjeta. Matthias es profesor de filosofía en la Universidad de Tübingen.
- ¡Coño! La misma en la que enseñó Hegel. - Dije.
- Si - Respondió Matthias, mirándome con condescendencia.
Ahí me lancé:
- Y Schopenhauer.
- ¡No! ¡Schopenhauer, no! - Exclamó, visiblemente ofendido.
Me dio la espalda y siguió buscando ligue. Bueno, pensé, que te den a ti y a Schopenhauer.Cuando la fiesta se acababa nos encontramos de nuevo. Me dijo que al día siguiente volvía a casa.
- Bueno Matthias, el pastel que has disfrutado contiene bastante marihuana. Buen viaje.
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