miércoles, 27 de octubre de 2010
Los vigilantes de la risa
Veinte agentes intervienen en una redada 2 colillas y 4 porros
La policía cacheó durante una hora a los 40 clientes que había en un pub de Orillamar, en una espectacular operación antidroga
La policía apareció el viernes por la noche en la calle Orillamar como en las películas. Dos decenas de agentes se desplegaron con la misión de dar un golpe en la nuca al consumo y tráfico de estupefacientes en la zona. Pero en el horizonte no encontraron más que dos colillas de porro y cuatro trozos de hachís.
Un juez dio la orden y a las nueve irrumpieron en el popular pub Patachim los agentes del grupo antinarcóticos de la Policía Nacional. Eran conscientes cuando entraron de que la operación era modesta, que no iban a encontrar droga en contenedores, sino en bolsillos. Les dieron la vuelta a todos, a los de los cuarenta clientes que había en el local a las nueve de la noche, descubriendo que cuatro de ellos portaban cantidades pírricas de hachís. Y por si a alguno se le había caído droga al suelo, los agentes barrieron el local, topándose con dos colillas que no podían disimular que en sus orígenes fueron porros. No hay más alijo que este. Nadie fue detenido. Solo las cuatro personas a las que se les incautaron las pequeñas dosis fueron identificadas e informadas de que recibirán en breve una sanción administrativa por tenencia de estupefacientes para su propio consumo en un lugar público.
No era la primera vez que la brigada de narcóticos ponía contra la barra a los clientes de este establecimiento. Ya en el 2008 cinco coches patrulla llegaron a la calle Orillamar con idénticas intenciones que las de este fin de semana. En aquella ocasión, el alijo fue muy parecido. Incluso más pobre, pues en lugar de cuatro, eran tres los trozos de hachís que se intervinieron en la redada.
Fue latente en el ambiente el descontento del personal. Hubo quejas. Cuando los agentes entraron y ordenaron apagar la música, no a todos agradó. Algunos de los presentes, contra la pared, mostraron su disgusto por la situación. La atmósfera se fue caldeando con el paso de los minutos, pues la operación duró alrededor de una hora, tiempo en en que quedó prohibido salir y entrar del establecimiento.
Algunos clientes llegaron a ver en esta redada motivos políticos. Miembros de Galiza Nova que estaban en el pub denunciaron el trato de los agentes y la «desmedida» actuación. «O suposto consumo de drogas no local foi unha vez máis o pretexto que promoveu unha operación a todas luces desproporcionada, que atenta contra os dereitos e as liberdades dos individuos», apuntan desde la formación juvenil nacionalista. Afirman que lo que quería la policía el viernes era «criminalizar á mocidade».
Desde Jefatura se explica que la orden fue judicial y la operación estaba enmarcada en la lucha contra el tráfico y consumo de estupefacientes en lugares públicos. Se sospechaba del Patachím, «pero no siempre se obtienen los resultados esperados».
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