El 6 de diciembre de este año ha quedado grabado en sangre de manera inolvidable para los habitantes de la más europea de las ciudades de América del Norte. A las 17:10 horas del fatídico día, un hombre (posteriormente identificado como Marc Lepin) irrumpió en la Ecole Polytechnique de Montreal portando un rifle semiautomático con la misión que le había sido encargada por los demonios de su mente: matar cuantas mujeres como fuese posible.
En una manera metódica y fría que no volvería a verse sino hasta una década después en las aulas de Columbine, Lepin deambuló por la cafetería del instituto, las aulas y los pasillos, perdonando la vida de los varones (ya fuesen estudiantes o docentes) y abriendo fuego contra las féminas que cruzaban su paso. Catorce estudiantes perdieron la vida en menos de veinte minutos por el delito de tener ser mujeres; otras doce quedaron heridas, con sus vidas cambiadas para siempre.
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