martes, 19 de enero de 2010

HAITI Y LA HIPOCRESIA BLANCO Y NEGRO

Foto AP
17/01/10



EN BLANCO

El presidente Barack Obama lanzó el sábado uno de los mayores programas de ayuda de la historia de Estados Unidos para asistir a Haití, cuatro días después de un terremoto que podría haber dejado hasta 200.000 muertos.
Obama,flanqueado por sus predecesores George W. Bush y Bill Clinton,anunció el sábado que liderará una campaña nacional de recaudación de fondos para ayudar a los supervivientes del terremoto en Haití, que podría ser uno de los 10 más devastadores de la historia.

"Nos estamos preparando para uno de los esfuerzos de ayuda más grandes de nuestra historia para salvar vidas y enviar ayuda que impide que esta catástrofe sea aún mayor", señaló Obama en la Casa Blanca.

El gobierno haitiano le ha dado a EEUU el control del aeropuerto y el control del país, ya han llegado 3500 marines y se espera que lleguen muchos mas dispuestos a quedarse un largo tiempo.

EN NEGRO PASADO

Haití, el país más pobre del continente americano es uno de los 4 principales importadores de arroz de los Estados Unidos.
Hasta hace 30 años Haiti cultivaba todo el arroz ( base de su dieta) que le hacia falta.
Pero en 1986, tras la expulsión del dictador Jean Claude Duvalier (Baby Doc), el Fondo Monetario Internacional concedió a Haití un préstamo de 24,6 millones de dólares, que necesitaba desesperadamente, por haber saqueado el dictador sus fondos, una parte de los cuales aún se encuentran en un banco suizo, sin que Haití logre su devolución.

Para conceder el préstamo, el FMI ha exigido la reducción de los aranceles a la importación del arroz y de otros productos agrícolas, abriendo así el mercado a la competencia de otros países.
En menos de dos años los agricultores haitianos no pudieron competir con el llamado arroz de Miami y el mercado local de arroz se hundió.
El arroz americano invadió el país y los agricultores emigraron a la ciudad,aumentando desproporcionadamente la miseria y el chabolismo.
Lo mismo paso con el café y el azúcar.
Entre un 80 y un 85 % de la población tenia un cerdo, los cerdos tenían un importante papel en la fertilización del suelo y en la economía familiar, y representaban un “banco casero” para la población campesina. Tradicionalmente solía venderse un cerdo para hacer frente a situaciones de emergencia o especiales (funerales, bodas, bautismos, enfermedades y, en caso de necesidad, para pagar el colegio y los libros a principio de curso, en octubre).
Pero en 1982 las agencias internacionales convencieron a los campesinos que sus cerdos estaban enfermos y había que sacrificarlos.
Se les prometió que los cerdos se sustituirían con otros de una raza mejor. Con una eficiencia jamás vista antes en un programa de desarrollo, se mataron todos los cerdos en un plazo de 13 meses.
Dos años después los cerdos de la raza mejorada llegaron de Iowa, EEUU.Eran tan buenos que necesitaban agua limpia para beber (de la que el 80% de la población haitiana no dispone), pienso de importación (con un coste de 90 dólares al año, cuando los ingresos per capita eran de 130 dólares) y zahúrdas ex profeso.

Los campesinos haitianos los apodaron “príncipes de 4 patas”. Por si fuera poco el insulto, se le añadió que la carne no era buena. No hace falta decir que el programa de repoblación fue un completo fracaso. Según un observador del proceso, en términos monetarios, las pérdidas de los campesinos haitianos hay que cifrarlas en 600 millones de dólares. La matriculación en las escuelas rurales bajó en un 30%, en esas mismas áreas el consumo de proteínas se redujo de forma alarmante, la descapitalización de la economía campesina fue devastadora y el impacto negativo para el suelo y la producción agrícola incalculable. Hasta la fecha, los campesinos haitianos no se han recuperado.
La mayor parte del mundo rural de Haití sigue estando aislado del mercado global, así es que para muchos campesinos el exterminio de los cerdos criollos ha sido su primera experiencia de globalizacion

EN NEGRO RECIENTE

El gobierno de EEUU expropiará y demolerá los hogares de cientos de familias haitianas del suburbio Cité Soleil, en la capital Puerto Príncipe, para ampliar la base militar de la fuerza de ocupación de la ONU, a un costo de cinco millones de dólares, a fin de albergar a los soldados de la Misión ONU para Estabilizar Haití (MINUSTAH).
Estas obras, a cargo de la corporación DynCorp, contratista del gobierno de EEUU y brazo cuasi oficial del Pentágono y la CIA, se anuncian después que burócratas del departamento del Tesoro de la administración Bush se confabularon con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para obstruir por casi una década un préstamo aprobado y destinado a mejorar la calidad del agua potable de Haití,que es una de las peores del mundo.
Cité Soleil fue convertido en un mortífero campo de tiro por la ocupación militar extranjera instalada después que fuerzas de EEUU y Francia secuestraron y exiliaron al presidente Jean-Bertrand Aristide, el 29 de febrero de 2004. Desde entonces, sus habitantes son víctimas de masacres recurrentes perpetradas por la MINUSTAH.

El abogado Evel Fanfan, presidente de la Asociación de Graduados de la Universidad Motivatd para un Haití con Derechos (AUMOHD), dijo que la ampliación demolerá cerca de 155 edificaciones. La mayor parte de los edificios condenados son hogares modestos, pero entre ellos hay una iglesia. Desde marzo de 2009 ya se han demolido 80 hogares.
“Comenzaron a trabajar sin decir una palabra a la gente que vivía allí”, dijo Fanfan. “Las autoridades no han dicho qué se está haciendo, tampoco si los habitantes serán relocalizados, cuántos serán indemnizados y ni siquiera si serán compensados”.


LAS MAQUILADORAS HAITIANAS

O sea,las industrias textiles que se aprovechan de la mano de obra barata

Y quienes se han beneficiado con la mano de obra barata son las multinacionales, principalmente del sector textil. En la actualidad,se están instalando nuemrosas zonas francas para abrigar a empresas extranjeras, en su mayoría norteamericanas. El país se ha transformado en una verdadera fábrica de esclavos.

Se habla de que Haití podría ser una opción “más barata” que China para los empresarios norteamericanos.


Pero nuestra Europa, tan solidaria, tampoco renuncia a su parte del pastel: los países del Caribe se han visto obligados a firmar los nuevos “acuerdos de partenariado económico” (EPA o APE, como quieran llamarse), que sustituyen al “acuerdo de Cotonou” -que aun no siendo perfecto, era aceptable- e implican la apertura total de sus mercados a nuestras mercancías, sin que se hayan eliminado las ayudas a nuestros productos agrícolas.
En la página web de la delegación de la UE en Haití los acuerdos se presentan como una “gran oportunidad” para los haitianos. Puede que lo sean para la reducidísima élite que ha seguido enriqueciéndose durante estos 4 años tras el golpe de Estado contra Jean-Bertrand Aristide, pero no para el 80% de la población que se verá gravemente perjudicada.
Cuál ha sido el chantaje con el que hemos logrado hacerles firmar los EPA es fácil de imaginar: la presencia de la UE en Haití se ha ido intensificando cada vez más en estos últimos años, en el periodo 2004-2006 (los años de la dictadura de Latortue) incluso hemos sido el “primer país donante”, aunque ahora nos hayan superado los EEUU.

Escribe Michel Chossudovsky:

“Con una parte creciente de la población mundial por debajo del umbral de la pobreza, el brusco incremento de los precios de los productos alimentarios tiene un efecto devastador. Hay en el mundo millones de personas que no pueden comprar comida para su supervivencia.
Esto, en realidad, está contribuyendo a eliminar a los pobres mediante muerte por inanición.
“Controla el petróleo y controlarás a las naciones, controla los alimentos y controlarás a las poblaciones”: palabras pronunciadas por Henry Kissinger.
A este respecto Kissinger declaró en 1974, en el contexto del “Estudio de la seguridad nacional: implicaciones del crecimiento de la población mundial para la seguridad de los EE.UU. y sus intereses en ultramar”, que “el hambre puede representar un instrumento “de hecho” para el control de la población”

¿Y LA SUPUESTA AYUDA HUMANITARIA?

El hambre no es consecuencia de la escasez de alimentos, sino todo lo contrario: los excedentes en géneros alimentarios se utilizan para desestabilizar la producción agrícola en los países en vías de desarrollo”.
(Michel Chossudovsky “El hambre Global” – Globalresearch, 2 de mayo de 2008)

De la situación en Haití da testimonio el periodista Kevin Pina, que ha vivido durante años junto a los más pobres, la violencia del golpe del 2004, la atroz represión que le siguió, la brutalidad, las amenazas, los insultos de los soldados de la ONU, la cárcel:

“Las agencias no gubernamentales enviadas para hacerse cargo de las ayudas de las Naciones Unidas marcan el paso; pese a que, según las estadísticas, reciben el 45% de las ayudas extranjeras, el 15% vuelve a los respectivos países donantes; compárese, ya de paso, el salario medio del jefe de una ONG en Haití, que es de 60.000 dólares anuales, con el de un ciudadano medio haitiano, que gana incluso menos de 250 dólares anuales.
En estos momentos en Haití todo beneficia a los negocios del sector privado, mientras que el resto de la población está en manos de la “caridad”. Es lo que Bush, la ONU y los cuadros de expertos en economía le dejan a Haití.
Se favorece claramente a quien tiene un capital que invertir, mientras que para los demás aumenta la dependencia de la “generosidad” de los extranjeros. Está bastante claro que, mientras el monopolio de la economía esté en manos de unas pocas familias, no es de extrañar que oigamos hablar cada vez más de las tortas de barro que ya comen los habitantes de Ciuté Soleil en Puerto Principe.

Ahora Haití está recibiendo ayudas de emergencia , pero durará poco y, de todas formas, sigue tratándose de “beneficencia”, fundamental como recurso inmediato, pero que no resuelve los problemas de la población.

Porque Haiti no necesita caridad ni solidaridad mal entendida, a Haiti se le debe justicia y reparación.
Que hipocresía por parte de los gobernantes que mandan el hacerse los humanitarios y dar limosnas cuando les están negando toda posibilidad de una vida digna.



Agencia Reuters
Alma Giraudo
Bill Quigley: USA Role in Haiti Hunger Riots
Jean-Bertrand Aristide: Eyes of the Heart
Michel Chossudovsky: Global Famine
Kevin Pina: Mud Cookie economics in Haiti
Agence Haitienne de Presse

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